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Empresas: software libre, web, y desintermediación

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Hablamos mucho de software libre pero, ¿cómo puede ayudar el software libre a mi empresa? Durante la última década el software libre ha demostrado su valía y ahí tenemos algunos casos paradigmáticos de sus éxitos a todos los niveles (de Firefox a Linux pasando por Apache o nginx). Sin embargo, gran parte del software usado en empresas es privativo (Windows, Microsoft Office o la suite de Adobe, por ejemplo) y artificialmente caro, pues el proveedor usa su posición dominante para forzar actualizaciones a nuevas versiones que el cliente no necesita realmente, esto es, nuevos pagos que no reportan un beneficio real. ¿Cambia el cloud computing y «la nube» o el abordaje de una estrategia en la web la importancia del software libre? ¿Estamos dispuestos a aprovechar sus ventajas o queremos repetir los mismos errores de hace diez años?

La nueva relevancia de la web sitúa a las empresas ante una nueva encrucijada. La disyuntiva está entre repetir errores pasados y quedar anclados a herramientas web privativas o tratar nuestra presencia en la web como el activo estratégico que en realidad es y, en consecuencia, desarrollar una estrategia con software libre que nos permita extraer todas las ventajas que Internet promete desde hace dos décadas y que el software libre explota mejor que ningún otra herramienta surgida en el último medio siglo.

Software libre y desintermediación

Decía Neal Stephenson en En el principio fue la línea de comandos (1999) que «el peligro no está en la máquina misma, sino en la incapacidad del usuario de contemplar todas las consecuencias de las instrucciones que le da». Con otras palabras, Douglas Rushkoff reusó la idea para su Program or be Programmed (2010). Entre uno y otro tenemos una larga década en la que el software libre y sus defensores prometían una autonomía e independencias como no habíamos disfrutado nunca antes de la Red.

Esa autonomía y esa independencia que encontramos en Internet se traducen en lo que conocemos como desintermediación: «el proceso de desvinculación de la canalización de la comunicación a través de los medios de masas, especialmente los regulados». Bajo ese enunciado más o menos genérico se esconde la maravilla de Internet: al abrir la posibilidad a canales minoritarios permite la competencia de los pequeños y su crecimiento frente a las grandes empresas establecidas. Pero esta desintermediación real sólo puede darse en presencia de software libre que permita una presencia autónoma y no intermediada de las empresas en Internet.

Podemos pensar que es suficiente con acogernos a estándares libres, aunque la solución final de software no sea libre. Pero enseguida vemos que en esa situación, la evolución natural en cuanto un actor obtiene una posición de dominio es intentar extraer una renta de la misma alejándose del estándar, forzando la incompatibilidad y ahogando a la desintermediación.

Software libre, confianza y acceso al conocimiento

En 1983, Richard Stallman anunciaba el proyecto GNU. Dos años después se fundaba la Free Software Foundation para impulsar el mismo. El diagnóstico estaba claro: es necesario software libre para que exista confianza, aunque ésta deba reposar sobre algo más que el mero escrutinio del código, como bien recordaba Ken Thompson cuando recogía el premio Turing, una suerte de Nobel de la informática, también en 1983.

  • ¿Qué no es ese algo más? Comencemos poniendo ejemplos de qué no lo es. Por ejemplo, Facebook permite construir tiendas online dentro de su servicio. No se trata ya de que el código fuente de Facebook no sea libre (que no lo es), sino de que la herramienta está diseñada para obedecer los intereses... de Facebook. Así, el diseño de interacción en la misma hace del social commerce un imposible dentro de ese universo, y está por ver si en otros es viable.
  • ¿Qué es ese algo más? Si bien ninguna institución está libre de sus intereses, el modelo del software libre, fuertemente apoyado en la comunidad de desarrolladores y en su voluntad de proveer a ésta y a los usuarios de autonomía y libertad tiene lecciones que enseñarnos. Con casi 20 años de trayectoria, proyectos como Debian (una versión de Linux totalmente coordinada y desarrollada por la comunidad) es el paradigma de este modelo. A una escala más modesta, gestores de contenidos para la web, herramientas libres para uso cotidiano de cualquiera, ya sea persona o empresa, vuelven a ser el ejemplo: WordPress o Drupal tienen casi una década de experiencia y sobre ellas se construyen tanto webs personales o proyectos medianos como potentes portales corporativos y de grandes medios (piensen en The Economist o Idealista, que utilizan Drupal).

La oferta diferencial del software libre es la libertad. La libertad de no estar atados a un único proveedor, ni de tener que supeditar nuestros intereses de comunicación o de estrategia comercial a lo que imponga un proveedor que posee sobre nosotros una posición dominante (como es el caso de Facebook adaptando la aplicación a su interés, y no al de las tiendas que aloja).

Hay otra ventaja, y es que generalmente las soluciones basadas en software libre serán más baratas. Cierto que habrá que la herramienta es gratuita pero el servicio de los especialistas no lo es. Por ese coste más reducido, aún hay más ventajas. Y es que donde en el modelo privativo se paga por la herramienta, y ésta le es entregada a modo de «caja negra», en el modelo del software libre se paga no por la herramienta, sino por el acceso al conocimiento, algo ya de por si estratégico para toda empresa, pero que además va ligado a la oportunidad de aprender.

Conclusiones

Ya sea internamente en la empresa o externalizándolo en un especialista de confianza, la adopción de software libre para la gestión de nuestra estrategia en la Red es de una importancia crítica, porque no adoptarlo nos coloca en una situación de dependencia frente a un proveedor y esta dependencia no tardará en plasmarse en una renta en nuestra contra, algo que ningún proyecto puede permitirse, y menos aún en un contexto como el actual, de crisis generalizada y cuentas más que ajustadas

La posibilidad de no estar atado de forma dependiente a un proveedor el que sea es la esencia de la desintermediación que promete Internet y que la convierten en la arena de las oportunidades. La existencia de este entorno, sin embargo, requiere de una confianza capaz de escalar al ritmo del actual mundo globalizado. Si hablamos de Internet, de la Red y de sus infinitas posibilidades, sólo el software libre puede proveer esa confianza.

[Ilustración: proyecto Impress.js]


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